La vida es bella (1997), de Roberto Benigni
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| Imagen: FilmAffinity |
Antes de entrar en materia me gustaría sincerarme. La vida es bella (1997) de Roberto Benigni no es una película que incluiría en una de esas conocidas listas que hablan sobre las "grandes películas de todos los tiempos". De hecho preferiría escribir sobre ¡Qué bello es vivir! (1946) de Frank Capra, la cual recientemente he disfrutado por primera vez.
Pero me gusta –y por otros motivos– esa universalidad que ha adquirido la película del cineasta italiano a lo largo del tiempo, y es por eso que se merece una crítica –esperemos– a la altura.
En España resultó ser un gran acontecimiento: largas colas se sucedieron desde el mismo día del estreno, y es que la cinta de Benigni La vita è bella competía, por si fuese poco, en la carrera de los Oscars junto con valiosas obras como El abuelo de José Luis Garci y Tango de Carlos Saura.
En su momento supuso ser una pieza magistral, que pasaría con letras de oro a los anales del Séptimo Arte. Después de ganar el Gran Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes '98 y otros cuarenta galardones internacionales, el actor, director y guionista recibió siete nominaciones de la Academia de Hollywood.
Roberto Benigni (73 años) es un artista curioso. Inspirado en mi queridísimo Chaplin, ha sido capaz de crear un personaje cómico muy característico, heredero de la gran tradición bufonesca italiana, que va desde Plauto a la Commedia dell'Arte, sin olvidarnos de Totó.
Como actor, se convirtió en uno de los mejores cómicos del país, siendo su papel más importante interpretado a las ordenes de Federico Fellini –La voce della luna (1989)–, la última realización del desaparecido maestro italiano.
No obstante no es oro todo lo que reluce, pues se estrenó en Italia con ciertas reticencias. Asimismo, buena parte de prensa francesa y estadounidense le atacaron duramente. La razón resulta obvia: banalizar o tomarse a broma la Shoah, concebir una comedia en torno a los 8.000 judíos italianos que fueron víctimas del exterminio nazi. Lo que queda claro es que suscitó opiniones de todo tipo, ¿cierto?
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| Imagen: FilmAffinity |
Basado en recuerdos personales –su padre fue encarcelado en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial– y tomando como pie la frase de Trotsky "La vida es maravillosa" –cuando estaba atrapado en un búnker esperando a ser ejecutado por los agentes de Stalin–, Benigni realizó una tragicomedia acerca del fascismo y el horror del Holocausto sin ánimo de ofender a nadie, sino con el propósito de superar la tragedia por la imaginación.
A tal fin envió el guion a la comunidad hebrea de Milán, que le dio el plácet:
Lo que más me ha gustado de su respuesta –dijo Roberto Benigni– es que ven en mi film una fábula sobre el Holocausto
Seguidamente llegaría el parabién de Jerusalén y el Vaticano. Por último, las declaraciones de otros líderes hebreos fueron taxativas: "Humanidad y Holocausto son dos conceptos antiéticos. Era necesario alguien como Roberto Benigni para correr el riesgo y vencerlo", dijo Abraham Foxman, presidente de la Anti-Defamation League.
Ciertamente, La vida es bella es, ante todo, una genial película que no satiriza la mayor vergüenza de la Humanidad; al contrario, ofrece una lectura crítico-surrealista sobre el tema.
Alejado del tono testimonial de Si esto es un hombre, de Primo Levi, Benigni no incide en los aspectos más miserables de la Shoah, sino que busca una salida optimista a la tragedia.
Levi nos hace ver en su libro que el campo de exterminio quería reducir al hombre a la categoría de insecto. Por esta misma razón, el título de mi película es 'La vita è bella', porque me parece el grito de amor más simple –entrevista a Benigni en 'La Vanguardia' (1999)
En definitiva, claro homenaje a Chaplin (El chico, El gran dictador), e incluso aquí del mítico Ladrón de bicicletas. Aún así, lejos del estilo de Vittorio de Sica –aunque más próximo a su poética–, la obra italiana no posee ninguna pretensión documental. Pues utiliza la poesía para mostrar unos hechos desde su condición de fábula chaplinesca: hacer espectáculo de la realidad.
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Una peli ideal y muy amena. Gracias por traerla.
ResponderEliminar¡Saludos desde Perú!
Gracias a ti, desde luego, por pasarte y comentar
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